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Starliner va camino a la estación espacial, ¡El lanzamiento fue todo un éxito!



Luego de casi tres años de intentos fallidos, el jueves 19 de mayo por la noche, el cohete Atlas V que transportaba la nave espacial Starliner despegó de la Estación Espacial de Cabo Cañaveral, en Florida. Después de que el cohete dejara caer la nave espacial Starliner a una altitud de 181 km, el sistema de propulsión a bordo de la nave espacial tomó el control, elevando a Starliner a una órbita estable y circular.


Han pasado casi 29 meses desde el primer intento de la compañía de demostrar que el Starliner podría lanzarse de forma segura a la órbita, volar hasta la Estación Espacial Internacional y acoplarse y luego regresar a la Tierra en un desierto de Nuevo México bajo tres paracaídas. Durante ese vuelo de prueba de diciembre de 2019, por supuesto, hubo innumerables problemas de software y Starliner terminó careciendo de combustible para reunirse con la estación espacial.


Como parte de su contrato de precio fijo con la NASA (la agencia espacial está pagando alrededor de $5.100 millones USD a Boeing para desarrollar un sistema de transporte de tripulación a la estación espacial), la compañía acordó rehacer el vuelo de demostración. Boeing creía estar preparada para repetir el vuelo en agosto pasado, pero horas antes del lanzamiento más de una docena de válvulas del sistema de propulsión del Starliner se atascaron. El intento se canceló, por lo que Boeing no llegó a probar su código de software revisado.


Desde agosto, Boeing y la NASA han trabajado para entender el problema de las válvulas, que resultó ser debido a la humedad ambiental que causó la corrosión dentro de las válvulas. Los ingenieros aplicaron entonces las correcciones. Debido a este retraso adicional, Boeing ha asumido una pérdida de $600 millones USD para volar esta segunda misión de demostración, conocida como Orbital Flight Test-2.


Durante el lanzamiento, el cohete Atlas V con dos cohetes impulsores sólidos llevará al Starliner a una altitud de 181 km, momento en el que la nave se impulsará a sí misma en una trayectoria orbital. Este será el 93º lanzamiento global del cohete, construido por United Launch Alliance y con un excelente historial de fiabilidad.


Hay mucho en juego tanto para Boeing como para la NASA. Es muy probable que Boeing haya perdido dinero en el desarrollo del Starliner durante la última década. Recientemente, la ex administradora adjunta de la NASA, Lori Garver, dijo que creía que la empresa probablemente no emprendería el programa si tuviera la oportunidad de hacerlo todo de nuevo. Por lo tanto, cuanto antes consiga Boeing que el Starliner sea operativo, mejor será su situación financiera, ya que podrá servir tanto a la NASA como a otros clientes del mercado privado.


La agencia espacial, por su parte, desearía tener un segundo medio para llegar a la estación espacial. Confía en la capacidad del vehículo Crew Dragon de SpaceX, por el que la NASA pagó $3.100 millones USD y que ha estado transportando astronautas de forma segura desde mediados de 2020, pero con la incertidumbre en Rusia la agencia espacial ya no puede contar con el acceso al vehículo Soyuz.


Uno de los astronautas de la NASA que volará en una de las primeras misiones del Starliner, Butch Wilmore, dijo durante una conferencia de prensa el miércoles que Boeing y la agencia espacial estaban seguros antes del intento de lanzamiento del jueves. "Esta nave espacial está preparada", dijo. "Los equipos están preparados. Boeing está preparado. ULA está preparada. La gente de operaciones de la misión que controlará la nave en el espacio está preparada. Y estamos entusiasmados".


Tras varios días acoplado a la estación, está previsto que Starliner regrese a la Tierra la esta semana. El éxito de la misión en su conjunto permitiría realizar una prueba de lanzamiento con tripulación para el Starliner durante la primera mitad de 2023.

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