Elon Musk sorprendió a todos con la declaración que dejará el cargo de consejero delegado de Twitter cuando se encuentre un sustituto adecuado. El domingo realizó una encuesta en la que preguntaba si debía dejar el cargo y los usuarios de Twitter le dijeron mayoritariamente que se fuera. No respondió inmediatamente a los resultados, pero el martes parecía haber aceptado la voluntad de la gente, después de haber sugerido en un principio que podría cambiarlo para que sólo los usuarios de pago pudieran votar en las encuestas de Twitter.
Por supuesto, aún no hay un plazo para que Musk ceda las riendas y como dice su tuit requerirá encontrar a "alguien lo suficientemente tonto como para aceptar el trabajo". Tras una caótica racha de mala prensa y el vaciado de su plantilla, podría ser difícil atraer a candidatos de calidad para el puesto. Pero, el listón se ha puesto excesivamente bajo bajo el mandato de Musk y un simple cambio de cara en la parte superior podría hacer mucho para mejorar la imagen de Twitter en el corto plazo.
Por supuesto, existe la posibilidad de que el cambio sea más bien cosmético. Musk tuiteó que planeaba quedarse y dirigir los equipos de software y servidores. Además, no hay indicios de que planee vender la empresa, que compró en octubre por $44.000 millones USD y rápidamente convirtió en privada. Así que está claro que quiere seguir participando en el funcionamiento de la empresa, pero no está claro hasta qué punto.
Es difícil imaginar que el duro empresario que hizo un gran espectáculo despidiendo a todo el equipo ejecutivo de Twitter y disolvió el consejo cuando se hizo cargo de la empresa simplemente se haga a un lado en este momento. Pero en su corto reinado también ha permitido que el capricho de las encuestas tome varias decisiones importantes.
Independientemente de quién asuma finalmente el cargo de CEO, se hará cargo de una empresa que está casi irreconocible en comparación con hace sólo unos meses. Aproximadamente el 70% de la plantilla ha sido despedida o ha dimitido. Los anunciantes han huido de la plataforma ante el auge de la incitación al odio y los trolls y los esfuerzos de moderación de contenidos y seguridad se han estancado por completo. La empresa también se enfrenta ahora a la creciente presión del gobierno en varios frentes.